martes, 14 de junio de 2011

Mi confrontación con la Docencia


Mi percepción como Docente.


Repensar la historia, es reafirmar la imagen precisa de lo que es uno ahora.
Desde los 9 años de edad, estuve involucrado en trasmitir la cultura religiosa de los actos sacramentales de todo mexicano católico: yo impartía catecismo a niños de mi propia edad, y creo que los hacia bien, pues era reconocido por ellos mismos. Yo sólo repetía la forma que tenía de la catequista sobre mi proceso.
Al crecer, seguí impartiendo esta misma acción en zonas muy pobres, y fui invitado a la Escuela de Catequesis con las Hermanas Salesianas, en Villa Spem, en Coacalco. Allí fue mi primer contacto con la Pedagogía. En realidad lo que se me dificultaba era el planteamiento y la redacción de Objetivos. La práctica era lo mío.
En la Preparatoria, tuve una formación Histórico-Materialista, que me invitó a ver las cosas desde otra óptica. Deseaba estudiar Filosofía o alguna carrera de humanidades como Actuación. Sin embargo, influenciado por el contexto donde vivía, las acciones educativas de los Salesianos, religiosos dedicados a la Educación y practicando el sistema preventivo de don Bosco, impactaron en mí para ingresar con ellos a su seminario.
Es aquí, cuando decido estudiar Pedagogía, pues si me iba a dedicar a la educación, debía saber como educar. A través del mimetismo al ver como actuaban los hermanos salesianos y del “vivir” el estilo de Don Bosco, encontré el gusto por la educación. Así mismo inicie la licenciatura en Pedagogía. Con ellos estuve dando clase, desde geografía y español, hasta educación física y Valores. Desde la sierra hasta la ciudad, desde escuelas de Comunidades Indígenas, hasta escuelas particulares donde asistían hijos de personalidades del contexto nacional.
En 1993, decido abandonar el Seminario. Inmediatamente, al terminar la carrera de Pedagogía en 1994, ingreso al Nivel Medio Superior como Orientador Educativo y Docente, en Escuelas Preparatorias Oficiales del Gobierno del Estado de México.
Desde entonces he visto pasar 3 reformas al Nivel, en cada una de ellas, la invitación a actualizarme, para ser efectivo en la educación;
Siendo honesto, aunque tenía experiencia docente, no siempre fue fácil, además, las condiciones económicas, administrativas y laborales afectaron la percepción del sobrevivir en el nivel. Sin embargo, la visión humanista, en construcción al mejoramiento de las personas ha subsistido. Entender las habilidades, la cognición, las estrategias metodológicas, el trabajo en equipo, mantener un criterio de pensar libre de coacciones burocráticas, emitir la palabra como derecho y responsabilidad, ha sido el sello personal en estos 16 años, y he asumido las consecuencias, de promoción o de discriminación, de reconocimiento o de olvido.
Ahora se presenta la necesidad de saber desarrollar competencias en los alumnos, dar más importancia al aprendizaje que a la enseñanza, para esto el maestro debe tener desarrolladas las competencias docentes necesarias para propiciarlas en los estudiantes.
Me veo como un docente que debe aprender a garantizar que las acciones realizadas verdaderamente desarrollen competencias en los alumnos.
Para dar una clase parto de un diagnóstico grupal, explico en un encuadre la forma de trabajo durante el curso, dosifico y reorganizo los contenidos programáticos a aprender, propongo actividades y diseño materiales didácticos auxiliares al alumno, propongo actividades a realizar en un marco de conocimiento, procedimiento y actitud, propicio el seguimiento personalizado de cada alumno. Sería falsa modestia decir que no tengo resultados.
Siempre llego con una buena actitud, una sonrisa, una buena palabra, aunque sean las últimas horas de un viernes en el turno vespertino. Los chicos observan que si la exigencia es fuerte, es para lograr mejores condiciones de vida, de expresión, de dominio de lenguaje, pues imparto Comprensión Lectora y Redacción. Soy un Maestro feliz y comprometido.
Es importante entender, comprender, si lo que estoy haciendo verdaderamente construye una competencia. La necesidad de certificar que las competencias se desarrollen y no solo es activismo y buena relación entre los involucrados. Es la razón por lo que hay que aprovechar esta especialidad aquí y ahora.

Profr. Víctor Quiroz Moreno.

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